Hace algunas semanas, tomé una breve capacitación on-line para asesores con Susy Bello, actual miembro del board de AICI Capítulo Argentina. Ella disertó un webinar sobre “Moda, Imagen y Derecho, y cómo nos ayuda su armonía”, dónde se tocó la temática de la moda sustentable, lo cual me hizo pensar mucho en el tema y me surgió la inquietud de escribir una nota al respecto.
¿De qué hablamos cuando hablamos de moda sustentable?
Comprar moda rápida (o fast fashion) suele ser una cuestión casi irresistible, ya que sus costos por lo general son bajos, son de vanguardia, y las encontramos en abundancia, dónde quiera que estemos, pero sabían que esta industria es la segunda más contaminante después de la industria petrolera?
El sector textil, utiliza miles de litros de agua, genera contaminación por las tinturas que utiliza y por sus desechos que no son biodegradables.
Actualmente, hay una tendencia, o mejor dicho una mayor toma de conciencia, que se enfoca en la protección del medioambiente, las condiciones laborales de quienes confeccionan estos artículos, la utilización de materiales biodegradables, orgánicos o reciclados, entre otros; pero ponerlo en práctica parece resultar un verdadero desafío.
Las marcas sustentables actuales no son tan populares y accesibles como sus contrapartes “rápidas”, y éste es seguramente un primer desafío al que debemos enfrentarnos.
Otra barrera que nos afecta directamente, o mejor dicho afecta a nuestra economía, es que la moda sustentable suele ser considerablemente más costosa, lo que seguramente no nos permitirá adquirir artículos al ritmo que estamos acostumbrados, y deberemos ser más precisos y acertivos en cualquier nueva elección.
Más allá de los obstáculos que puedan presentarse, de lo que no queda ninguna duda, es que se trata de una tendencia positiva y que a largo plazo, traerá consigo muchos beneficios para la preservación del mundo en el que vivimos.
Las marcas tradicionales, también están dando un giro a una porción de sus colecciones: por ejemplo Gucci anunció que este año abandonará la utilización de pieles de animales en sus prendas, C&A presentó prendas realizadas con un algodón que se desintegra 12 semanas después de entrar en contacto con la tierra, Zara lanzó una colección elaborada con lana reciclada, fibras biodegradables y algodón orgánico, entre otros.
El incremento en el consumismo actual del mundo en general, hace que se adquieran prendas y elementos de moda sin de modo indiscriminado, y quizás si cambiamos un poco nuestra cabeza, podamos comenzar a comprar menos, de modo más selectivo, ítems de calidad que perduren en el tiempo.Pero… Debemos hacer un cambio drástico?
No se trata de hacer un cambio absoluto y rotundo, simplemente se trata de comenzar a ver más allá, de evaluar otros factores. Se trata de dejar de comprar por el simple hecho de comprar, sino en ser más acertivos en nuestra elecciones cotidianas (sean sustentables o no),y en la medida de lo posible incorporar moda sustentable (no necesariamente en un 100%) . Todo aporte, por más pequeño que sea, siempre es mejor que nada, y así entre todos comenzamos a cuidar un poquito más el lugar dónde vivimos, que será el que dejaremos a las futuras generaciones.
Hasta la próxima nota.
Flor.